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Es bien sabido que los seres humanos apenas utilizamos una pequeña parte de todo nuestro potencial mental. Es como si entráramos a una caja fuerte llena de riquezas y solo tomáramos una moneda para ir sobreviviendo en vez de utilizar todos los recursos que ahí se encuentran para poder crear, construir, desarrollar, ayudar y hacer cuanto deseamos.

Todavía hay quien se atemoriza al pensar en la posibilidad de tener más acceso a esa fuerza interior. Hay quien no cree en ese poder, hay quien lo ignora o  quién simplemente le da flojera comenzar a adentrarse en sí mismo para entrenar su mente.

En la actualidad, las religiones y las ciencias, están encontrando puntos en común, donde temas que sólo la religión exploraba desde el punto de vista espiritual, hoy en día, también la ciencia corrobora a medida que experimenta y observa fenómenos de la mente, que antes no reconocía.

Lo cierto es que en nuestra época muchos autores hablan de la facultad de la mente para lograr cosas sorprendentes. Algunas de las cosas que se han estudiado son:

Resolver conflictos entre personas.

Mejorar condiciones en el trabajo.

Concretar proyectos.

Realizar curaciones o autocuraciones.

Comunicarse a larga distancia.

Encontrar objetos o personas perdidas.

En fín, las aplicaciones son interminables. Lo que es común en todos estos descubrimientos, es que el proceso parte de uno mismo através de sencillos pasos que todos podemos practicar y llevar a cabo.

Los diferentes autores proponen ejercicios con pasos muy similares. He aquí un pequeño ejemplo de un ejercicio que puedes realizar para comenzar a utilizar tu mente en un asunto que quieres resolver, cuyo objetivo sea ayudarte a tí o a los demás, sin perjudicar a nadie.

1.- Encuentra un lugar donde puedas estar sentado a solas con la espalda recta.

2.- Cierra los ojos y visualiza que estás sentado en una habitación muy especial. Tu habitación de ponerte en contacto.

3.- Percibe una luz brillante que proviene de un domo sobre tu cabeza y te baña suavemente, cubriéndote de luz.

4.- Envuentra la situación que quieres resolver.

5.- Imagínate a tí mismo dibujando en un papel la imágen de la forma ideal en que luciría esa situación ya resuelta.

6.- Explícale a alguien a quién tu amas, a través de ese dibujo la forma en que se resolvió Habla y usa tus dedos sobre el papel para explicar el dibujo.

7.- Observa cómo  la persona sonríe y te felicita por haberlo logrado.

8.- Toma unos segundos para agradecer al Universo su ayuda en la resolución de este asunto y respirando profundamente deja esa habitación imaginaria y abre los ojos.

Más que querer saber cómo va a ocurrir, simplemente confía en que ya está ocurriendo ese cambio. Mantén tu mente positiva y prepárate a recibir una excelente sorpresa.

Me encantaría saber de qué manera te ayuda este ejercicio, así que cuando tengas una experiencia, ¡Compártela con esta página dejándonos un breve comentario!

Lilia Sixtos